jueves, 3 de febrero de 2011

5. Soy un traidor, pero tengo motivos...

Soy un traidor porque abandono a Atea por una furgoneta Vanette. Pero tengo motivos porque lo hago por una mujer...así que me autoexculpo. Y no se hable más.
Durante tres semanas recorreremos tranquilamente la isla Sur. Una isla que no tiene muchos asentamientos humanos. Tampoco muchos recuerdos de tiempos pasados


y es que todo aquello que suene a principios del siglo pasado es motivo de gran orgullo...

Pero los tiempos cambian, y hay que apuntarse a la nueva moda: luces a discreción,

 que da prestigio...... no como trabajar en el campo... Muchos ganaderos viven aislados en sus macrogranjas

La isla Sur tiene grandes extensiones de auténtica "nada", lagos alpinos y en los alrededores de Aoraki, montañas nevadas. Mucha gente viene para caminar los trekings que abundan en el país. Muchos son cortos, otros de varios días. Como es habitual en el país todo está ultraorganizado, demasiado quizás...  

... porque en los trekings no se puede hacer acampada libre y se debe dormir en refugios que, como si fueran hoteles, deben reservarse con antelación si quieres tener plaza (en temporada alta). Pero nosotros no haremos trekings ni reservaremos refugios. Ya tenemos uno particular. Quizá en otra ocasión, aunque a decir verdad teniendo los Pirineos, los Alpes y las Dolomiti tan cerca nos será difícil venir expresamente a ello...
La furgoneta nos da una libertad ilimitada para "descubrir" la isla. No hemos leído mucho de ella y vamos más bien en busca de la sorpresa.
Lo que sí aviso es que la meteorología no es muy agradable que se diga. Para un sueco quizás no le parezca mala, pero para nosotros es simplemente catastrófica. El viento no nos lo quitamos de encima. Sin embargo no podemos quejarnos porque a veces hasta hemos tenido ratos de sol. Que nadie se lleve a engaño con las fotos. Los cielos grises claro no nos interesan...

Las costas no están hechas para bañarse, a no ser que seas una foca, y a decir verdad aquí abundan, y de todos los tipos...

Las ciudades están cortadas todas por el mismo patrón: casas unifamiliares, grandes superficies comerciales, parques verdes, restaurantes de comida rápida... Entre las ciudades destaca por su bello emplazamiento Queenstown, lugar al que se acercan muchos jóvenes con ganas de pagar grandes sumas de dinero por los extrañamente llamados deportes de "aventura"...


Eve es una apasionada de los animales, así que en más de una ocasión hemos montado guardia en playas solitarias...

... esperando que los pinguinos de ojos amarillos salgan del mar y se retiren a la playa a pasar la noche. A diferencia de cuando los ves en grupo en la playa (por ejemplo en el cabo de Buena Esperanza, Sudáfrica) verlos así es como más auténtico, más real, más "salvaje"...
   ... y a veces también desesperante con la actitud de algunos turistas, cuya presencia cercana los asusta y les hace volver al mar...

... que no suele invitar al baño precisamente.

LLueve a raudales. Por eso no es de extrañar que levantes una piedra y te aparezca una cascada

y que cuando salga el sol haya siesta colectiva

En la isla Sur casi todo es a lo grande (alguien ha visto el pequeño avión que está justo en la vertical del barco...?),

magnífico,solitario.En la costa oeste te encuentras glaciares venidos a menos que ponen a cada cual en su sitio...

... como hacen los pintores con las piedras del mar

Una costa en muchos tramos espectacular...

... aunque esté plagada de molestas moscas-mosquito que te hacen la vida imposible fuera...

... pero no dentro
Eve se vuelve a Australia, mi próximo destino una vez obtenida con éxito la visa para un año. Y ahí prometo no ser más infiel a Atea. Ahí habrá bicicleta por un tubo... lo juro.

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