Ruta

Nueva Zelanda no es un país fácil para ciclar. Y resulta contradictorio ya que es “primer mundo” y la mayoría de las carreteras tienen hasta arcén…
Pero lo que uno se encuentra en las islas es un clima loco extraordinariamente cambiante con un viento que saca a uno de sus casillas.
La isla Norte es más montañosa y hay más tráfico que en la isla Sur. En la isla Sur hay espacios más abiertos, es más bonito y hay un nuevo enemigo: las sandflies (moscas-mosquito) que te hacen la vida imposible especialmente en Fiordland y la costa oeste.
El viento predominante es de SO por lo que si tuviera que volver a Nueva Zelanda haría el sentido opuesto: empezaría en Christchurch, daría la vuelta a la isla Sur en sentido horario y pasará a la isla Norte hacia Auckland.

Salí de Auckland en dirección sur hacia Paeroa vía Ohinewai, donde trás Tauranga cogí la carretera de montaña que me llevó a Rotorua. Marché hacia Tauranga por el lago Taupo, bonitas vistas. Con buen tiempo disfruté del camino, especialmente viendo tanto verde y espacios abiertos. Allí cogí la carretera que atraviesa las montañas (nº47). Subes a una meseta que va a 900 m, bonita con bellas vistas de montañas y volcanes pero con un viento frío que te helaba el alma. En National Park viré al norte para ciclar la Forgotten World Haighway, una montañosa y serpenteante carretera que llevó al mundo exterior a los más intrépidos colonos del siglo pasado. Empezó a llover sin parar. Subí a New Plymouth y bordeé la costa por la Surf Highway (45) con la intención de bordear el volcán Taranaki, sin mucho éxito con las vistas, por el mal tiempo...
Tiré recto hacia a Wellington con un sube-baja continuo.

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Pagué 56 NZD por cruzar en ferry con la bici a Picton, en la isla Sur. Siguiendo la costa y el temporal llegué a Nelson. Toda esta parte es preciosa, lo mismo que la carretera hacia la Golden Bay, con el paso de Takaka, 20 kms de subida, el mayor puerto que he subido en Nueva Zelanda. Un puerto que debes subir dos veces ya que solo hay una carretera que va hasta que llega al mar… Por los valles me fui dirigiendo vía Murchison hacia el Lewis Pass, un paso precioso, sencillo, con bonito paisaje alpino y muchos kilómetros de absolutamente nada. A partir de ahí el paisaje se vuelve amarillento, seco. Y es que la isla Sur tiene dos costas diferenciadas meteorológicamente hablando. La cordillera de montaña que la cruza transversalmente hace de barrera natural a las nubes haciendo que la costa oeste sea mucho más húmeda y verde que la costa este. Llegar a Christchurch es solo un paseo.

El resto de la isla Sur la hice en furgoneta con Eve. Es muy popular y muchas veces, muy inteligente… Los ciclistas que me encontré contaban todos lo mismo: viento, viento, lluvia, sol y sandflies. No tenían cara de mucha alegría…
No hay mucho que innovar en Nueva Zelanda. Solo hay 3 puntos donde se puede cruzar de una costa a otra así que todo el mundo hace la misma ruta, porque no hay otra. Fuimos al lago Tekapo, Mount Cook, vuelta a la costa en Oamaru, Dunedin, la ruta escénica de la costa sur, Invercargill, Milford Sound y sus fiordos, Queenstown y Wanaka, dos bonitos puntos para relajarse y toda la costa oeste. El tramo de Greymouth a Westport es especialmente espectacular. Volvimos a Christchurch por el Arthur Pass.

Los pueblos apenas tienen tiendas aunque siempre vas a pasar por alguno con supermercado. Packnsave es la cadena más barata y solo se encuentran en ciudades. Merece la pena comprar ahí tus provisiones para los siguientes días…
El agua de los grifos se puede beber y yo nunca compré agua, siempre la pedía en las casas (a veces me resultaba desesperante encontrar una casa con señales de vida humana).
Algunas gasolineras tienen un surtido mínimo de 2 litros, lo cual es una putada para el hornillo, que solo necesito medio litro. Con 0,5 litros (1 NZD, 0,6 €) cocinaba 5 días tres comidas, más o menos. Resulta mucho más económico que el gas.
Ya he hablado del tiempo. En un mismo día puedes tener las cuatro estaciones así que prepara un chubasquero sobretodo. El sol quema por lo que usar crema es obligatorio.
Cuando tenía frío o llovía demasiado a veces comía “fish and chips” para calentarme, era lo más barato (4-5NZD) y al menos estaba caliente…
La isla Norte es más barata que la Sur.
Acampar no es tan sencillo como creía. Los prados están vallados así que hay que buscar pequeños claros en la carretera. El país es muy seguro si se duerme en parques. Solo pedí permiso una vez en una granja para montar la tienda detrás de una pared que me protegía de la ventisca. Me dijeron que no, ante mi sorpresa. Les hice el mal de ojo y les lancé un hechizo. Espero que se mueran todas sus vacas, y lo siento por ellas. En los parques nacionales no se puede acampar. Pero que te encuentren…
Cuando vas en furgo o coche tampoco se puede dormir en cualquier sitio. Hay zonas con baño donde puedes dormir y otras previo pago de 5 NZD, que no es nada pero… si se busca se encuentra un sitio sin tener que pagar.
Internet es un robo y hay que pagar hasta por usar el USB. Por eso nunca entraba a ellos. Si tienes portátil los McDonalds tienen wifi gratuita (incluso puedes ser el gorrón del siglo y tirarte 4 horas sin consumirles nada) y algunas bibliotecas municipales también tienen wifi gratuita u ordenadores con Internet.
Cuando llegué al país, esa misma semana en los alrededores de Auckland 5 ciclistas murieron atropellados en sendos accidentes. Hay que ir atento y a mi me recomendaron ponerme un chaleco reflectante. Hice caso y se lo puse al saco estanco trasero.


En definitiva Nueva Zelanda es un país fácil, para todos los públicos.