Nueva Zelanda: 7. Unas imágenes valen más que mil palabras

jueves, 3 de febrero de 2011

7. Unas imágenes valen más que mil palabras

2 comentarios:

Anónimo16 de febrero de 2011, 4:39
las fotos increibles!preciosas!
animo y suerte en australia!
kabir
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zuri17 de febrero de 2011, 12:12
joder!!!!cuñao!!!!
vaya fotos!!!!!!
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Me voy superando. En Indonesia provoqué dos fuertes erupciones volcánicas y un tsunami. Bueno, el tsunami fue la Guti. Sabiendo que me acercaba a Nueva Zelanda les mandé un recadito. El 2 de septiembre Christchurch sufrió un fuerte temblor de tierra (7,2). La ciudad tembló y muchos edificios históricos quedaron tocados. Varios meses después muchos de ellos aún siguen sin ser derribados, a la espera de que las compañías de seguros dejen de hacerse las suecas (les gusta cobrar pero no pagar). El 26 de diciembre hubo otro repunte y el 5 de enero, estando yo tranquilamente sentado con Marco, el gato de John, en mi regazo, la tierra volvió a temblar por unos segundos. Primero pensé que era un tren pero viendo a los animales enseguida me di cuenta que eran mis poderes…

Los últimos serán los primeros

Runner (Corea) fue la última persona que vi en 2010 y la primera en ver en 2011. Y no me acosté con el… El 31 de diciembre por la tarde, cuando las calles estaban casi desiertas, iba buscando un sitio para dormir cuando me encontré con Runner, que también viajaba en bici. El se fue a un hostal, yo no. Al día siguiente rompí el bloqueo que el ministro de finanzas de Cyclotherapy impuso en el pelotón desde el 27 de noviembre y me alojé por primera vez en un sitio pagando. Fui pronto, para amortizar en confort y el gasto al máximo. Y fue doble alegría porque Runner resultó ser un tío excepcional con la sonrisa más contagiosa que he visto en los últimos años. Acabé con agujetas de reírme…Gracias por el trípode Runner…

La diva

Después de 10 días salió el sol. Me acerqué a un parque y me tiré a la bartola a disfrutar del acontecimiento. No había nada que hacer así que saqué mi cámara. Saqué a la nube, al pájaro, al edificio, a la gente tumbada, a la gente jugando, en fin tratando de retratar escenas diarias. Hasta que se me acercó la (puta) diva, la del sombrerito de los cojones. Por el tono y el contenido me dejó con mal cuerpo. Después vino a pedirme disculpas. Para que todo el mundo pueda admirarla ahí va la foto de la (puta) diva, estrella mundial y ser único donde los haya.

Perseguidos

Los possums son unos marsupiales originarios de Australia introducidos en Nueva Zelanda hace un siglo para comercializar con su piel. Pero la jugada salió mal ya que el animal se expandió y se reprodujo exponencialmente con los años. Estos bichos son muy destructivos y nada productivos. Entre sus presas favoritas están los huevos del escaso animal emblema del país: el kiwi. Es por eso que el estado le ha declarado la guerra y su caza está premiada. En la carretera se ven decenas, atropellados y abandonados ahí hasta la putrefacción. Leí que había cerca de 70 millones…a eso se le llama reproducción masiva.

El loro cabrón

Les llaman Keas y son loros alpinos. En la isla Sur se encuentran en las montañas y son mis animales favoritos del país, con permiso de los pingüinos, claro. Me gustan porque son unos macarras. Se pasean con chulería, con demasiada confianza quizás y piden comida a los visitantes. Tienen su parada en los dos extremos del túnel Hommer, en Fiordland, o los pasos de montaña…Está expresamente prohibido darles de comer ya que eso les mata pero los TURISTAS no entienden esas cosas. Para ellos lo que cuenta es tener una foto de un loro comiendo de tu mano; si se muere al día siguiente da igual, al menos tu ya tienes tu foto…Mientras tanto los keas se dedican a agujerear los neumáticos de los vehículos estacionados o destrozar las tiendas de los campistas, qué cachondos los loritos…

Especie maldita

Este es el típico post que tanto me gusta escribir pero que, por no ofender a más de uno, suelo callármelo…Así que hoy vamos a ser políticamente incorrectos: odio a los “backpackers ”. No todos son así pero sí la mayoría. Este término se usa para hacer referencia a aquellos TURISTAS, generalmente bastante jovencitos que, con supuesto bajo presupuesto y Lonely Planet bajo el brazo viajan en autobuses, flip-flops, gafas de sol a la última y camisetas de tirantes de Bali, Van Vieng, etc. Son irrespetuosos, les importa poco la cultura pero mucho la fiesta y ser “cool (guay)” y ante todo, gente de poco fiar. Vigila bien tus pertenencias si duermes en un dormitorio de un hostal y coincides con alguno de ellos, he asistido a robos de cámaras, portátiles, etc... Son rastreros y además, aburridos.En Queenstown abundan. En la capital mundial de los “deportes de aventura (¿???)” no podían faltar. De algo hay que hablar cuando lleguen a sus casas…

El tamaño no importa

El viento me ha jodido. La lluvia me ha jodido. Pero quien verdaderamente me ha dado por culo han sido las Blackflies, más conocidas como Sandflies. Estos despreciables insectos son como minimosquitos que te hacen la vida imposible. Son billones y los tobillos su objetivo nº uno. En la isla Norte no vi ninguna y en la isla Sur son una legión, sobretodo en el sur, en Fiordland. En la costa oeste y cerca de los ríos también son abundantes. Parece ser que “solo” las hembras necesitan del agua y la sangre para vivir y que ya los maoríes crearon su leyenda acerca del motivo de su existencia. Resumiendo mucho cuentan que una diosa, para expulsar a los humanos y hacerles la vida imposible, creó estos insectos… Acertó de lleno, la hijap…

Nueva Zelanda es un país fantasma. Entro en pueblos. Los jardines están impolutos, las flores brillan, las calles maqueadas. Quiere decir que vive gente habitualmente, me digo. Apenas hay coches circulando. Apenas hay tiendas, solo algún garito de comida rápida (fast food) que detecto por el olor o porque hay alguno comiendo fuera. Aquellos pueblos que tengan algo que ofrecer al turismo tendrán su correspondiente oficina de turismo. Pensaba que en cada pueblo encontraría uno o varios pubs, llenos de gente bebiendo pintas de cerveza a todas horas, como en Inglaterra, Irlanda…Pero no. Por las tardes, en cuanto anochece no se ve un alma. Solo silencio. Pero… dónde está la gente?También ocurre en las ciudades, donde las grandes superficies comerciales sustituyen al comercio tradicional. Todo se hace en coche, nadie camina. Las ciudades, por tanto, no tienen vida, están muertas. Aquí un andaluz se muere.

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jueves, 3 de febrero de 2011

7. Unas imágenes valen más que mil palabras

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